“…Sin embargo, tal y como Martín Ezpeleta (2017) describe, podemos establecer ya un histórico de la geografía literaria en los estudios hispánicos; además de las ricas aportaciones desde el ámbito de la catalanística que se han venido dando durante la última década (Soldevila, 2009(Soldevila, -2018Bataller, 2010Bataller, , 2016Bataller y Gassó, 2014;Chumillas y Giramé, 2014;Anciola, 2015; entre otros) y de recientes investigaciones sobre las rutas literarias y sus valores patrimoniales, ambientales y turísticos (Barriga, 2017). Si bien es cierto que existe una mayor tradición en el ámbito francófono, con trabajos iniciáticos, en este sentido, consagrados al estudio de los textos literarios condicionados de diversa índole por coordenadas espaciales, y también a la representación de los lugares en los textos literarios (Collot, 2011(Collot, y 2014Ziethen, 2013). Así pues, el término "geografía literaria" abraza actualmente orientaciones diversas: en primer lugar, aproximaciones de tipo geográfico, que estudian el contexto espacial dentro del cual son producidas las obras literarias, recopilando también los referentes geográficos que aparecen en los textos y de este modo se plantea la geografía en la literatura y el contexto de la producción literaria a través de mapas y atlas literarios (DeGraff y Harmon, 2016); en segundo lugar, existen aproximaciones de tipo geocrítico, que analizan las representaciones y los significados del espacio en los textos, centradas más en autores y obras concretas que en contextos (Westphal, 2007;Tally, 2011;Lévy, 2014); en tercer lugar, aproximaciones de tipo geopoético, que se concentran sobre las relaciones entre la creación literaria y el espacio pero también sobre cómo se construyen estas relaciones y cómo se articulan los significados poéticos a través de la mediación espacial (Bachelard, 1957;White, 1994;Collot, 2011).…”