El periodo entre 1948 y 1973, marcado por la creación de Israel y la Guerra de Yom Kippur, desempeña un papel crucial en el prolongado conflicto Palestina-Israel, denominado la "Cuestión de Palestina". Esta época estableció los cimientos de una crisis prolongada y desestabilizadora en el siglo XX. El conflicto, originado con la formación de Israel, ha resultado en represión, exilio y ocupación, generando alienación en los no integrados al Estado hebreo. A pesar de ello, la supervivencia de Israel es considerada un derecho incuestionable respaldado por la ONU, reconociendo su presencia en tierras ancestrales. El entendimiento entre árabes e israelíes, crucial para la paz e interés internacional, se ve afectado por factores como presiones externas, especialmente de Estados Unidos, dinámicas políticas internas en Israel y divisiones en el mundo árabe y entre los palestinos. Este periodo sentó las bases de tensiones persistentes en la región.