“…La consideración conjunta de las relaciones entre participación política y variables sociodemográficas en general, y sexo/género en particular, permite acordar con la posición que sostiene que ese nivel de análisis por sí solo resulta insuficiente puesto que -más que tales variables per se-serían las consecuencias a nivel de actitudes que la pertenencia a determinadas categorías sociodemográficas conllevan, las que podrían explicar más auténticamente las causas del comportamiento (Sabucedo, 1988, citado en Delfino, Fernández & Zubieta, 2007. El esquema explicativo que comienza a quedar esbozado a partir de estos elementos, coincide con la revisión realizada por Sorribas (2012), tras la cual afirma que "en proporción son menos los antecedentes que reportan una mayor contribución de las variables sociodemográficas -en comparación con las psicosociales-a la explicación de la participación política" (p.67). Esto, por otra parte, explicaría el hecho de que la influencia de estas variables aparezca como poco concluyente y hasta contradictoria cuando se la analiza separadamente, y como mediada por variables psicosociales cuando también éstas son consideradas en los estudios, conduciendo a la afirmación de que el involucramiento político depende en amplia medida de constructos psicosociales.…”