“…En este sentido, tanto en la literatura internacional (Garland, 2005;Otamendi, 2020), como en Chile (Fuentealba et al, 2019;Isla, 2017), se ha expresado que los ideales penales modernos han perdido apoyo en la opinión pública, abriéndose paso hacia una cultura favorable al control y la punitividad. A consecuencia de ello, las demandas por mayor vigilancia policial, aumento en el uso de la cárcel, endurecimiento de penas, así como la restricción de las sanciones alternativas, y el derecho penal del enemigo, son ideas en auge (Isla, 2017;Morales, 2012). Pese a este aparente consenso, los estudios sobre punitivismo a nivel internacional (Adriaenssen & Aertsen, 2015;Aguilar, 2018;Airzpurúa, 2015;Hamilton, 2014;Otamendi, 2020) han demostrado que las preferencias punitivas manifestadas por la ciudadanía pueden presentar variaciones dependiendo de cómo se define el concepto, su operacionalización y estrategia de medición.…”