Pensado como un fenómeno impensable por quienes lo vivencian, la situación de calle, en el tratamiento mediático que de ella se hace, aparece como una realidad hecha de incompletitud y ajenidades. En lo uno la imagen del menoscabo que ahí solo puede haber (sin techo visto como falta pero no únicamente de vivienda), y en lo otro su consideración como efecto de fuerzas que están más allá de sí (sin techo como resultado de dinámicas estructurales), la población en cuestión, a pesar de por fin emerger como objeto de atención pública, no lo ha sido exactamente en condición de sujetos. Ya no personas sino personas en situación de calle, su articulación retórica como problema se plantea como un tema simplificado y cruzado por lecturas que lo señalan desde sinónimo de muerte, carencia, desprotección o violencia, a fuente de conflicto y producto de desplazamientos y emplazamientos no queridos, incluso como objeto de intervención y caridad, o como historias de superación y entretenimiento. Ahí sus énfasis, es propósito de este artículo presentar discutida y panorámicamente el modo cómo el tema ha sido abordado en los medios, luego la manera en que ello se transforma en otra de las fuerzas que actúan en su construcción. Hacerlo a partir de los cristalizados discursos de la prensa escrita nacional e internacional durante un período aproximado a los quince años (1997 a 2012), la forma y tiempo en que se realizó. Las conclusiones, queremarcan que no se trata de un fenómeno de exclusión puramente residencial, señalan la no neutralidad de los marcos de representación, amén de su ceguera en torno al propio efecto estacional, invisibilizador y reproductor de tal tratamiento.