El director cinematográfico Víctor Erice, autor de una breve pero valiosa filmografía, puede considerarse un cineasta del tiempo, ya que desarrolla esta temática en varios sentidos y desde diferentes perspectivas. El tiempo aparece como tema, dotado de un hondo simbolismo existencial, pero también, pese a la aparente “desreferencialización” o abstracción de su obra, en forma de alusiones a episodios y contextos históricos específicos. En este artículo se analizan las diferentes formas de representación del tiempo en el largometraje El sur (1983), así como la relación de los personajes con el tiempo. Examinamos, en primer lugar, cómo Víctor Erice maneja el tiempo extratextual. En segundo lugar, atendemos a la temporalización como una de las herramientas que posibilita la transformación de la historia en discurso. En tercer lugar, tratamos la reconstrucción del pasado histórico e intrahistórico en el filme: el silencio en que Agustín se instala se explica en virtud de su situación personal, pero tiene también una dimensión social, relacionada con el trauma de la Guerra Civil. El conflicto bélico (es decir, un evento del tiempo pasado) ha roto los puentes de comunicación intergeneracional, pero el paso del tiempo trae consigo una posibilidad de redención para la nueva generación (Estrella y los niños de la posguerra), mientras que a la generación adulta, representada por el protagonista Agustín, no le cabe esperanza de superar el trauma del pasado. El tiempo meteorológico y la sucesión de las estaciones del año o las fases del día tienen también, en fin, una dimensión simbólica.