En este artículo se demuestra que, gracias a su poética narrativa, el cuento «El Caballero Carmelo» (1913) -un clásico del relato breve en América Latina-sigue sorprendiendo por su frescura y representatividad. La frescura es resultado de los efectos de sentido de una narrativa destinada a satisfacer expectativas lectoras universales. La representatividad se logra con contenidos estratégicamente destinados a un lector específico. Para la metodología, se aplicaron un modelo narratológico y otro basado en la información del contexto sociocultural. Se concluye que en el relato se emplean procedimientos narrativos y temas de la gran literatura mundial combinados con recursos orientados al lector social inmediato, con lo cual se alcanza un relato nacional peruano en el que se abandona la estética modernista y se privilegian referentes, léxico, sintaxis, símbolos y valores regionales.