“…De esta manera, el marketing verde se ratifica como una buena estrategia para obtener ventajas competitivas a partir de la innovación ambiental (Porter & Van-der-Linde, 1995), fortalecer la imagen de marca, ganarse la confianza del consumidor e incrementar la intención de compra desde lo ecológico, mediante la oferta de productos ecofriendly, diseñados para conciliar el desarrollo económico con el desarrollo sostenible, causando el menor daño posible al medio ambiente durante su producción, comercialización y proceso de reciclaje (Gallur & Aucejo, 2011;Hallama et al, 2011;Sharma & Kushwaha, 2019). Evidentemente, desde el momento en que la degradación ambiental se ha emplazado como uno de los aspectos que mayor preocupación causa en la población (Seoánez & Angulo, 1997;González-López, 2003;Brieger, 2019;Torkar & Bogner, 2019) y comienza a determinar las decisiones de compra de la población (Cliath, 2007;López-Galán et al, 2013;Vega-Zamora et al, 2020), muchas empresas han tratado de focalizar sus esfuerzos hacia la producción sostenible, intentando satisfacer las demandas de los consumidores y ofreciendo toda la información posible sobre sus procesos de producción (Gutiérrez-Aragón, 2014;Monteiro et al, 2015;Dueñas-Ocampo et al, 2021).…”