Roberto Arlt, el eterno perdedor: viviendo siempre en condiciones económicas precarias, como obrero temporal, empresario, periodista, inventor fracasado y autor de prosa y obras de teatro no comprendidas. Así se quería ver a sí mismo, él mismo promovió este mito. Olvidado después de su temprana muerte, un escritor marginal de la historia de la literatura y el teatro argentinos. Roberto Arlt, el ícono: fundador de la moderna novela argentina de la metrópolis, autor de teatro internacionalmente reconocido, laureado por la crítica como uno de los más importantes escritores argentinos del siglo xx, una figura de la misma talla que Jorge Luis Borges o Julio Cortázar.La obra y la vida de Roberto Arlt y su recepción posterior oscilan entre estos dos extremos: una vida infeliz y una fama "feliz". No sería hasta los años ochenta del siglo pasado cuando la crítica en Argentina dedicó la atención necesaria a la obra del hijo de un inmigrante prusiano y una austriaca, la atención que merecía por sus innovaciones literarias (Piglia 1980(Piglia , 1986Jitrik 1987).Gracias al apoyo de la Deutsche Forschungsgemeinschaft (Asociación Alemana de Investigaciones Científicas, DFG, por sus siglas en alemán), el Ibero-Amerikanisches Institut Preußischer Kulturbesitz (Instituto Ibero-Americano Fundación Patrimonio Cultural Prusiano, IAI, por sus siglas en alemán) adquirió una parte del legado del escritor argentino en 2002. Este material había estado en posesión de Mirta Arlt, la hija del autor. Fue la primera vez que el instituto, que dispone de más de trescientos legados de investigadores de distintas disciplinas, adquirió un legado literario. Mirta Arlt estaba convencida de que estaría "en buenas manos" en el Instituto, pues en él se garantizaría el fácil acceso a los materiales que su padre le había heredado. De esta manera, quería recalcar la importancia y el prestigio del Instituto Ibero-Americano para la comunidad científica internacional.