“…149-160), que describen la ruta a seguir desde Gades a Roma, alguno de cuyos tramos, junto a Lezuza, todavía se conservan. Los posteriores itinerarios (Roldán Hervás, 1975;Sanz, 1989;2002-2003, de época imperial (Itinerario de Antonino,446,11;Anónimo de Rávena,IV,44;313,14), seguirán dejando constancia del valor estratégico de la ciudad, conectada igualmente por otra calzada romana con Carthago Nova (Sillières, 1982). En ambas épocas, el territorio que controlaba era amplísimo, rico en recursos hídricos, en abundantes pastos que propiciaron la existencia de una nutrida cabaña ganadera (favorecida por la existencia de sal en la cercana Pinilla), con extensas masas forestales, que permitieron una suficiente explotación maderera y de la caza, territorio propicio para el cultivo del cereal, en su mayor parte seguramente de secano (Sánchez Sánchez, 1982, I, pp.…”