“…A raíz del reciente proceso de adaptación de las Universidades españolas al nuevo sistema de enseñanza-aprendizaje, podemos encontrar diversos estudios que analizan los resultados del sistema de evaluación continua y el grado de satisfacción de los estudiantes en distintas disciplinas de estudio (véase Jareño, 2007;López et al, 2007;Mingorance, 2008;Amo et al, 2014;Carrillo-de-la-Peña et al, 2009;Gracia y Pinar, 2009;Herradón et al, 2009;Florido et al, 2011;Carrillo-de-la-Peña y Pérez, 2012;Ricoy y Fernández-Rodríguez, 2013). De aquellos estudios que comparan los resultados del sistema de evaluación continua frente al sistema de evaluación tradicional se desprenden los siguientes resultados: aumenta el porcentaje de aprobados (Mingorance, 2008;Gracia y Pinar, 2009;Carrillo-de-la-Peña y Pérez, 2012); aumenta la calificación final (Jareño, 2007;López et al, 2007;Carrillo-de-la-Peña et al, 2009;Gracia y Pinar, 2009;Carrillo-de-la-Peña y Pérez, 2012); y se reduce la dispersión en las calificaciones (es decir, se reduce el número de calificaciones bajas y el número de calificaciones altas) (López et al, 2007;Mingorance, 2008).…”