“…Así mismo, se identificó que el comportamiento de las familias migrantes en relación a las consecuencias del desplazamiento en las familias, se reflejó en las dificultades afectivas que generó la disgregación familiar, el cambio de los roles tradicionales de pareja y de los demás miembros de la familia para asumir su lucha por la supervivencia, el traslado del conflicto social al ámbito familiar, y la ruptura de la comunicación (15) . Igualmente, las consecuencias socioeconómicas, percibidas tanto en las zonas de origen, como en las receptoras, con las relaciones campo-ciudad; pueden señalarse: ruptura del tejido social, empobrecimiento del liderazgo local (producto de los desplazamientos selectivos de sectores de la sociedad como docentes, líderes sociales y funcionarios públicos), estímulo de procesos de colonización y configuración de nuevos espacios territoriales, procesos de reordenamiento urbano, urbanización de la violencia, marginalidad, empobrecimiento de nuevos sectores de población, descomposición violenta de las economías campesinas, obstrucción, pérdida de inversiones, programas adelantados por la administración pública, concentración de tierras en las zonas de expulsión y crecimiento del sector informal de la economía.…”