Entre los diversos modos discursivos, se considera a la argumentación el más complejo y, por ello, su adquisición tiene un lugar central en la oralidad tardía, es decir, aquella que tiene lugar durante la edad escolar. Se estima que durante esta etapa, el niño no solo adquiere los elementos de la argumentación, sino que también aprende a complejizarlos para cumplir sus objetivos comunicativos. En este marco, el presente trabajo es un estudio cualitativo de alcance descriptivo que examina la complejidad argumentativa de 18 preadolescentes de 11 años. Los datos se obtuvieron a partir de una tarea de dilema moral que llevó a los niños, organizados en parejas, a resolver una diferencia de opinión en el contexto de una interacción dialógica. El análisis utilizó como fuente la pragmadialéctica, en particular se enfocó en la estructura de la argumentación para observar la interconexión de argumentos al interior del discurso en distintos niveles de incrustación. Nuestros hallazgos revelan que los niños son capaces de construir y organizar un discurso argumentativo complejo. Específicamente, esto se puede visualizar en la explicitud y riqueza de los niveles de sub-argumentación que se manifiesta en su estructura argumental.