“…Una vez superado el debate en torno a su traducibilidad, los estudios sobre traducción de poesía se han detenido, entre otros aspectos, en el examen de la reconstrucción del estilo poético, la transposición del yo lírico en la traducción y también en el estatus que se le confiere al poema traducido, tanto en lo que respecta a su producción como a su recepción dentro de un campo literario determinado (JAKOBSON, [1959(JAKOBSON, [ ] 1981HONING, 1985;BOASE-BEIER, 2009, 2011VENUTI, 2011;CLARO, 2012;MUSCHIETTI, 2013, entre muchos otros). Con respecto a su estatus, Don Paterson (2006), por ejemplo, distingue dos posibles alternativas: la primera, que denomina traducción, implica, según su propio decir, fidelidad a la palabra, a las relaciones que se articulan en el poema fuente y a la reposición de la elegancia de su estilo en el texto meta; la segunda, llamada versión, supone la presentación del poema traducido como poema de la cultura receptora.…”