Con casi 5000 empleos equivalentes a empleos a tiempo completo en la propia Federación Francesa de Tenis (FFT) y su red (mayoritariamente técnicos, ya que 3300 se cuentan para entrenamiento y animación) y con un tiempo de trabajo de los 26000 dirigentes voluntarios que representa un « equivalente de trabajadores a tiempo completo » de aproximadamente 6000 empleos, además de los miles de puestos de trabajo asociados, el tenis es un juego que se ha convertido también en una industria… y una industria con un peso nada despreciable más allá de los tradicionales beneficios que se le atribuyen en cuanto a educación, salud y relaciones sociales. En general y desde los años ’90, la economía del ocio y de los eventos deportivos ha sido objeto de un fuerte crecimiento en Francia y en el mundo, mientras que la práctica y la compra de elementos para tenis se consideran, durante estos últimos quince años, como una actividad económica que ha llegado a su etapa madura y que, para algunos, ya está empezando a declinar. A pesar de todo, en Francia el tenis sigue siendo el segundo deporte en lo que respecta a la práctica con licencia y a la exposición mediática y representa el primer mercado de equipamiento para tenis en Europa. Entonces cabe preguntarse si este deporte dispone todavía de un real potencial de desarrollo socioeconómico en la actualidad. En caso afirmativo, ¿qué acciones pueden proyectarse? En economía, el término sector sirve para comprender y explicar la estructura y el funcionamiento de un sector de actividades, en nuestro caso el de un deporte que es el tenis, y para comprender su peso y su influencia.