En este artículo se analizan los orígenes de la formulación de la unidad mínima habitacional por parte de Le Corbusier y los arquitectos y teóricos de la arquitectura, quienes desde los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM) impulsaron una renovación integral de la noción de vivienda y del urbanismo acorde con los nuevos tiempos industriales. Siendo el vagón de tren uno de los referentes determinantes de la ideación de la casa moderna, se señalará cuáles son las justificaciones que Le Corbusier apuntó para que la presencia del ferrocarril en ese proceso renovador no arrastrara consigo las connotaciones peyorativas que, desde una perspectiva racional y purista, se habían acumulado sobre él. Sin embargo, por otro lado, la concepción espacial y funcional del tren permitió formular a Le Corbusier el lema sobre el que se erige su teoría de la machine à habiter y el urbanismo: “Una casa es una vagón de 20 metros de longitud”. En el análisis de estas cuestiones sobresale el papel jugado por unas revistas que, publicadas por agentes pertenecientes a la red de ferrocarriles franceses, se convierten en tribunas y difusores del discurso arquitectónico y social lanzado por Le Corbusier.