Después de haber dibujado un panorama general de la industria norteamericana de la música en vivo en la era digital, el artículo trata del vínculo entre la creatividad urbana y la industria de la música en vivo en dos ciudades: Ciudad de México y Montreal. En una etapa inicial, las dos ciudades privilegiaron una visión modernista y monumental de la música en vivo. Sus escenas musicales locales se desarrollaron principalmente a la luz de la desindustrialización y de ciertas crisis económico-políticas. En el caso de Montreal, se convirtieron en un verdadero pilar de la conversión en “ciudad creativa”, mientras que en Ciudad de México permanecieron principalmente relegadas a la clandestinidad, aplastadas por los actores hegemónicos y los problemas estructurales (corrupción, narcotráfico, desigualdad), salvo en el contexto inicial de las redes sociales digitales.