“…En relación a estos argumentos, partimos de comprender al OT como una función de los poderes públicos, orientada a la planificación del territorio desde un enfoque multidisciplinar y participativo (Fals Borda, 1986;Massiris Cabeza, 2013;Gómez Orea, 2015). Si consideramos que "la política, ciencia, técnica, escalas de trabajo y compromiso deben estar presentes" (Bozzano, 2014, p. 184), en tal afirmación, podemos aludir a la idea de conflictos o tensiones por el territorio como expresión de un desorden que requiere de la intervención estatal, y como instancias negociables que deben ser consensuadas a partir de la creación de espacios participativos y gestionados por el Estado (Cañellas 2013;Vecslir y Tommei 2013;Bonfatti y Galassi 2015). En tal sentido, cabe mencionar una mirada más crítica, como la de Schmidt (2014), Chiavassa et.…”