“…Existen varias investigaciones que han abordado las funciones del director en la escuela desde diversos ángulos, por ejemplo: las actividades que realiza cotidianamente (Carriego, 2005;Ezpeleta y Furlan, 1992;Mitzberg, 1983;Pastrana, 1996), el tipo de liderazgo que ejerce (Ball, 1989;Enriquez, 2005;Tesio, 2008); los años de servicio y experiencia en el puesto (García, et al, 2010;Karakose et al, 2014;Kaya, 2015), en relación con su formación (Ng y Chan, 2014), la forma en que toma las decisiones (Abdolhamid y Mehdinezhad, 2015), el tipo de interacción que mantiene con el personal de la escuela (Murillo y Hernández-Castilla, 2015); a partir de la variable de género y su estilo de conducir la escuela (Morgade, 2010;Morris et al, 1999); por la capacidad de gestión -tanto administrativa como pedagógica-, que manifiesta ante situaciones críticas (López-Yañez, et al, 2014), o por el sentido y esencia de la tarea que desarrolla (Santos-Guerra, 2015), entre otros aspectos. Estos trabajos han mostrado la complejidad del rol y las diferentes facetas que de manera planeada o imprevista el director debe atender como parte de su quehacer institucional.…”