AgradecimientosTiene gracia que lo último que vaya a escribir de esta tesis sean los agradecimientos. Y es que, me cuesta ponerme a hacerlo. Si estáis leyendo estas líneas es porque una copia habrá llegado a vuestras manos, y si eso es así, espero no haber entrado en el selecto grupo de gente que habiendo defendido la tesis, han conseguido suspender. Entonces, suponiendo que ya sea doctora, me pongo a agradecer como es debido.Es verdad que aquí están resumidos gran parte de los conocimientos científicos y técnicos que he adquirido en estos últimos años. Pero lo que también es cierto, es que es una pena que aquí no quede reflejado todo lo que he aprendido. Cuando me preguntan por la utilidad de una tesis doctoral y percibo cierto tono de escepticismo, suelo contestar que no sirve para mucho -en un ejercicio de hipocresía tal, que se me puede reprochar justamente-. Esta hipocresía oculta en realidad mi incapacidad para separar la utilidad mercantilista, por la que creo que me preguntan, de la utilidad personal que ha supuesto para mí realizar este trabajo y que, sin duda, eclipsa del todo a la anterior. La persona que soy hoy en día es muy diferente a la que era hace cuatro años y, desde toda la objetividad del que habla de sí mismo, creo que he mejorado. El número y riqueza de las experiencias que me ha brindado la realización de esta tesis es tal, que a menudo me he sentido culpable por tener tanta suerte. Pero, como dice mi mentor, la vida es en ocasiones ya bastante injusta como para lamentarte también cuando tienes suerte. Y es que, yo soy mucho de quejarme. Y de repetir las cosas (no sé de quién habré aprendido esto -mamá-). Dicho esto, me gustaría agradecer en primer lugar, a los que han invertido más en mí y no sólo económicamente: a mis padres, que supieron inculcarme la importancia del respeto, la humildad y la educación, así como me ayudaron a entender que ser artista -teniendo en cuenta mi falta de preparación en tales disciplinas-era un poquito arriesgado cuando acabé el instituto. En segundo lugar, a mi hermano (y a Itziar, a la que también he recurrido en repetidas ocasiones), que siempre ha sido el más inteligente de la familia, el más ultrafondista, el que mejores regalos hace y sobretodo, el menos pesado. En tercer lugar a Tomás, si no hubiera sido él el encargado de guiarme por este camino, no creo que hubiese llegado al final (claro que igual ahora mismo, protagonizaría mi propio espectáculo en Broadway). En cuarto lugar, a todos los que ya estaban ahí antes de que comenzara esta tesis y a todos aquellos que aparecieron por y durante ella; gracias por atender mis preocupaciones -muy especialmente por escuchar aquellas que sólo tenían sentido en mi cabeza de persona que está siempre preocupada por algo-y, en definitiva, gracias por aportar a mi vida. Por último, gracias a todos los que de un modo directo o indirecto, han "patrocinado" la realización de esta tesis doctoral: la ciencia es más importante de lo que podía imaginarme antes de comenzar este camino y ahora tengo la responsabilidad moral...