“…Además del edema duro que no deja fóvea y el engrosamiento cutáneo deformante, se manifiesta clínicamente con pápulas y nódulos hiperqueratósicos, placas de aspecto verrugoso, fisuras, ulceración y linforrea, erisipela o celulitis a repetición, y episodios de linfangitis secundaria, que agravan el proceso de base, todo lo cual configura la denominada elefantiasis nostras verrucosa (7,8) , entidad diagnosticada en esta paciente. Ante la sospecha clínica de linfedema, se recomienda hacer una anamnesis detallada que conduzca, en lo posible, a esclarecer el agente etiológico más probable, y un examen físico completo que incluya idealmente la toma y el registro de las medidas de las circunferencias de las extremidades afectadas, siempre de forma bilateral y midiendo las mismas áreas cada vez (9) . La ultrasonografía, la tomografía computadorizada y la resonancia magnética, son estudios iniciales que permiten identificar el edema y el engrosamiento dérmico, y que ayudan a descartar causas como la insuficiencia venosa y las obstrucciones intrínsecas o extrínsecas, entre otras.…”