“…Las consecuencias del desarrollo tecnocientífico son controvertidas, puesto que, por una parte, se argumenta que este ha provisto de condiciones de bienestar para algunos grupos y sociedades en economías desarrolladas y emergentes (Almendros, 2016;Medina y Pineda, 2012), pero, por otra parte, ha acrecentado la desigualdad de las mayoritarias sociedades periféricas y dependientes (Santiago, 2012), ensanchando las brechas económicas, digitales y sociales entre ambas (Nava, 2020;Viales, 2010). Así también las crisis ambiental y sanitaria atribuidas al desarrollo tecnocientífico (Escudero, 2021;Torres y Lobera, 2017) se presentan como el mejor ejemplo del peligro en el que se encuentra hoy en día la humanidad, en un contexto de riesgo e incertidumbre como nunca antes visto (Tarazona, 2011).…”