“…Numerosas investigaciones sobre la presencia de mujeres en la industria cinematográfica ponen de manifiesto cómo la participación masculina es superior en todas y cada una de las áreas que comprende la creación fílmica. Desde la dirección a la producción pasando por la realización o la fotografía (Núñez-Domínguez, 2010;Zecchi, 2013;Simelio-Solà y Forga-Martel, 2014;Álvarez-Hernández et al, 2015), las categorías más importantes relacionadas con la creación cinematográfica recaen históricamente en manos masculinas, mientras que las mujeres quedan relegadas al desempeño de trabajos considerados secundarios -maquillaje y peluquería o vestuario (Bernárdez-Rodal, 2006;Rodríguez, 2006), donde la retribución económica suele ser menor y la segregación vertical por género es la norma (Conor, 2021). A esto se le une otra serie de obstáculos que dificultan a las mujeres ser partícipes de la industria cinematográfica: las barreras financieras, la masculinización del sector, los estereotipos en los sets de rodaje, la conciliación laboral y las decisiones excluyentes de contratación (Smith et al, 2014;Aguilar, 2017;Arranz, 2017;.…”