<p>Las tecnologías digitales son herramientas que ofrecen a las universidades espacios de crecimiento, pero también generan o amplifican tanto clásicas como nuevas problemáticas. Por tanto, a pesar de su promesa igualadora, éstas pueden reforzar las brechas ya existentes. La retórica pro sociedad del conocimiento, puso a la universidad en el centro del debate asignándole una posición privilegiada. Estas jugarían un papel clave en la era digital para producir conocimiento relevante y para formar a las nuevas generaciones de trabajadores. Sin embargo, las múltiples inercias que han ido orientando hacia el mercado financiero a parte importante de la producción y oferta universitaria, han posibilitado que determinados sectores económicos saquen provecho de esta posición de relevancia. Exprimiendo (o devorando) tanto como fuese posible el <em>ethos </em>de la universidad bajo un raciocinio de comercialización total, caracterizado por: matrículas excesivas; rankings de productividad; prácticas compulsivas de difusión del conocimiento científico; prácticas de selección de los mejores (estudiantes, docentes, instalaciones, etc.). Teniendo presente este escenario, nos hemos planteado la siguiente pregunta guía: ¿Qué desafíos puede implicar la emergencia y consolidación de la sociedad digital a la hora de repensar a las universidades del siglo XXI? Esta interrogante se aborda a partir de una revisión teórico-reflexiva de antecedentes históricos y contemporáneos relevantes. Como resultado de este ejercicio analítico, se reconocen las complejidades, pero a la vez las oportunidades que emergen en la sociedad digital para una de las instituciones más tradicionales, conservadoras y, a la vez, relevantes de la historia del saber en la humanidad.</p>