Las ciudades de gran tamaño son destinos turísticos principales. Se trata de un turismo urbano donde se entremezclan los motivos, las experiencias y las actividades. Entre estas últimas, la excursión de unas horas, siempre menos de un día, a un lugar turístico atractivo próximo es una de las habituales. Así sucede con las ciudades históricas cercanas a las grandes urbes. La cultura y el patrimonio forman ahora la motivación principal del visitante. En este artículo se estudia este proceso a través del caso del excursionismo desde Madrid, destino turístico urbano, a Toledo, ciudad histórico-turística. Se desarrollará una metodología de análisis donde se opta por recurrir a la recolección de múltiples informaciones y datos de diversas fuentes y no estrictamente al desarrollo amplio de una sola fuente o de una sola técnica de investigación. El objetivo principal es la comprensión holística del fenómeno, dado que las consecuencias sobre el lugar de destino, Toledo, son obvias: un excursionista gasta menos, y además no pernocta, al tiempo que hace uso de los mismo servicios y equipamientos que un turista. En los resultados, se demostrará que la proximidad geográfica, la conexión mediante tren de alta velocidad y la atracción del patrimonio cultural de Toledo son factores que propician esta movilidad turística. No obstante, se concluirá que es la sobreoferta de los turoperadores que actúan en Madrid la causa principal de este flujo. Desde hace años se actúa desde la ciudad toledana intentando aumentar la estancia de sus visitantes con productos turísticos culturales más elaborados que obliguen la pernoctación. El problema es que no se ha llegado a acuerdos con los turoperadores y agentes turísticos de Madrid. Mientras haya una oferta excesiva de hacer excursiones a Toledo difícilmente se reducirá el número de visitantes que elijan esta opción.