MORALES, N. & TORO-IBACACHE, V.La transición a la agricultura y la industrialización cambiaron la cara del ser humano. ¿Puede el vegetarianismo ser un nuevo factor de cambio? Revisión de la literatura. Int. J. Morphol., 36(1):35-40, 2018.
RESUMEN:Hace aproximadamente once mil años el ser humano pasó de alimentarse de los animales que cazaba o pescaba y los frutos y plantas que recolectaba, a aquellos que podía crecer a voluntad mediante la agricultura. Este cambio alteró dramáticamente la forma de la cabeza ósea y particularmente de la cara, que se hizo más grácil, y además se redujo el aporte de nutrientes claves. Con la industrialización, hubo un gran deterioro de la salud oral. Al abandono de una dieta cazadora recolectora incluso se le ha atribuido el origen de maloclusiones dentales, debido a la reducción del estrés masticatorio y con ello un menor tamaño relativo del maxilar y la mandíbula respecto a los dientes. Hoy en día, existiendo una mayor conciencia de la población respecto de sus cuidados y de su entorno, la adopción de dietas que excluyen cierto tipo de alimentos como los animales ha ganado adeptos. La dieta vegetariana presenta varias características que pueden afectar el metabolismo general y el óseo en particular, de manera similar a como lo hizo la agricultura en el pasado. La presente revisión busca analizar los cambios de la dieta humana, del punto de vista nutricional y mecánico y cómo estos afectaron la forma de la cara. Esto con el objetivo de comprender los posibles efectos de la introducción de alimentaciones de tipo restrictivas, como la vegetariana, en el organismo y particularmente en la anatomía facial.PALABRAS CLAVE: Vegetarianismo; Masticación; Nutrición; Morfología craneofacial; Cambios en la alimentación.
INTRODUCCIÓNLa alimentación de un individuo es fundamental en su funcionamiento desde el punto de vista metabólico, económico, social, y también ecológico. En los animales, por ejemplo, cambios en la alimentación causados por fenóme-nos medioambientales son determinantes en la aparición de nuevas especies. El ser humano no es la excepción. La cabeza ósea es la parte del cuerpo donde se inicia el proceso de alimentación, y donde, como veremos más adelante, se pueden reflejar los mayores cambios fenotípicos derivados de cambios en él.La dieta humana ha sufrido cambios radicales en su historia. Hasta el inicio del Holoceno, los individuos se alimentaron en base a lo que cazaban y recolectaban, para luego controlar el crecimiento y consumo de sus alimentos mediante la agricultura, práctica aún fundamental en la vida del ser humano (Larsen, 2006). La transición entre ambas economías de subsistencia implicó un cambio dramático en los nutrientes y características mecánicas de los alimentos. La agricultura colocó un énfasis mayor en las plantas, mientras que el alimento de origen animal disminuyó más o menos su importancia relativa. La industria introdujo un procesamiento mecánico y químico mayor de los alimentos, además de agregar elementos altamente cariogénicos como la azúcar refina...