“…En pandemia, autores como Belykh (2023) sugieren que la población joven experimentó significativa emotividad negativa vinculada al confinamiento, reconocida como necesaria para el desarrollo del carácter, la personalidad, y el sentido de vida, lo cual explicaría en parte el aparente éxito en términos de gestión de compromisos académicos de algunos estudiantes, relacionados con la aceptación y la experiencia propia de la emotividad negativa, asumida como oportunidad de fortalecerse. Ello sin ocupar, mayormente, el tiempo en tener que controlar expresiones de emociones positivas.…”