A través de varios casos judiciales de Santiago de Cuba, exploramos el modo en que los esclavizados trataron de ampliar el significado de la categoría legal “sevicia”. Notamos que ese proceso socio-legal y semántico implico juzgar moralmente a los esclavizadores y sus acciones y, a través de ello, incluso a la propia institución de la esclavitud. Históricamente, los esclavistas habían justificado la violencia como un instrumento necesario para controlar a los esclavos, pero en el siglo XIX un número cada vez mayor de personas esclavizadas los llevaron a los tribunales por ello. Algunas de estas demandas iban bastante lejos, reclamando la manumisión por un bajo costo debido a la vejez y enfermedad del peticionario esclavizado. Se suponía que los años de trabajo para el propietario y las dolencias sufridas a lo largo de los mismos servían como una forma de crédito, una reclamación humilde, pero real, de cierta reparación por la esclavitud. Las denuncias de los esclavos a la sevicia culminaron, en ocasiones, en protecciones legislativas adicionales, las más notables de las cuales se incluyeron en las leyes graduales de emancipación de 1870.