“…Asimismo, de acuerdo con Moya, López y Artigas (2018):las universidades deben relacionarse con un pensamiento innovador y de cambio continuo, para comprender no solo la práctica educativa al interior de la universidad sino reflexionar e investigar sobre ella y en consecuencia transformarla para formar un individuo culto, ético, líder y autónomo. (p.102) Dentro de este horizonte, las instituciones educativas universitarias desarrollan su actividad en un ambiente sumamente competitivo, complejo así como un enfatizado incremento de la oferta de estudios en la región y fuera de las fronteras de sus territorios nacionales (Durán, Parra y Márceles, 2015), por lo tanto, la gerencia de estas, debe adaptarse a los requerimientos de esta realidad, para lo cual es vital adecuar el servicio en función a las necesidades de sus demandantes para así cubrir en la mayor medida posible su satisfacción (Sanz, 2014;Duran, 2014;Sanz, et al, 2017;Moya, et al, 2018;Molina y Romero, 2018).…”