¿Qué sentido tiene estudiar las redes personales más allá de mejorar las posibilidades de mercantilización de las relaciones sociales'? La respuesta que proponemos es la siguiente: a partir del estudio de las redes personales podemos avanzar en la comprensión de fenómenos sociales de rango «intermedio» o «meso» (Ferrand, 2002; de Federico, 2002), es decir, fenómenos en los que se presentan simultáneamente interacciones individuales, instituciones y estructuras sociales observables empíricamente. Efectivamente, en las redes personales podemos observar interacciones institucionalizadas (intercambios culturalmente dependientes de regalos entre familiares, de apoyo entre hijos adultos y sus padres, relaciones expresivas entre amigos ... pero también relaciones clienteproveedor, jefe-subordinado, político-elector) en el marco de estructuras sociales preexistentes (estratificadas por clase social y/o estatus, grupo ocupacional o residencial) que las influyen, condicionan o permiten. Al mismo tiempo, estas interacciones, ordenadas, unen simultáneamente redes de personas y redes de organizaciones (de todo tipo) en las que estas personas trabajan o participan, por lo que problemas tales como la acción colectiva, la movilización de recursos o la agenda política se hallan presentes en esta formulación (C/. Requena Santos, 2003;Rodríguez, 1995;Scott, 1991;Wasserman et. al. 1994).Esta conceptualización de la vida social inmediata no presupone ninguna teoría determinada de la acción social o económica en concreto (neoclásica o neoinstitucional) aunque evidentemente recoge la propuesta de Coleman (1990) y Bourdieu (1977 entre otros de las relaciones micro-macro o habitus-carojpo para poder dar cuenta de los fenómenos sociales. Bajo nuestro punto de vista, su ventaja reside en su empirismo y dualidad (Breiger, 1974) simultáneamente fenómenos micro (las interacciones) y fenómenos meso (las estructuras locales en las que éstas se hallan inmersas, incluidas las instituciones). Diferentes fenómenos meso pueden ser estudiados desde esta perspectiva: las «comunidades», el «clientelismo» y los «nuevos movimientos sociales», por ejemplo. Naturalmente, nuestra perspectiva se añade a otras muchas posibles. La diferencia reside en tomar las interacciones sociales como punto de partida para identificar empíricamente estructuras en las que éstas se hayan insertas (Lozares, 2003). Estudiar las redes personales es pues, desde el punto de vista de la teoría social, relevante.Además, las redes personales son especialmente importantes en el siglo XXL En un momento en el que el capitalismo flexible (Castells, 1996) sigue avanzando en su mercantilización de todas las esferas de la vida social, incluidas por supuesto las relaciones personales, florecen las «comunidades» por doquier, las «étnicas», las «transnacionales», las «cibernéticas», las «académicas», las «instantáneas» ... Por supuesto, la individualización de la vida social y la aparición de comunidades especializadas y parciales, son fenómenos relacionados. Barry Wellman (2001) ha llamad...