Desde las décadas centrales del siglo pasado, la comunicación especializada en temática religiosa ha sufrido un intenso proceso de ideologización en los Estados Unidos. El proceso de comunicación, dimanado del entorno institucional de las diferentes organizaciones eclesiásticas, se ha puesto al servicio (en la mayoría de los casos) de los intereses de una agenda político-legislativa marcadamente conservadora. La imagen corporativa, las estrategias de discurso, los formatos de programación y los estudios de opinión son elementos clave para la creación de modelos de identificación socio-política por parte de las corporaciones de la comunicación cristiana, que de alguna manera forman parte en esa estrategia general de los movimientos políticos conservadores. En la forma y en el método, la comunicación cristiana ha evolucionado mucho a lo largo de las últimas décadas, pero a pesar de las diferencias estructurales y de los cambios históricos existen fórmulas comunicativas que todavía perduran, que caracterizan y sostienen el fenómeno comunicativo en sí mismo.