Los años 2020 y 2021 fueron tiempos de incertidumbre a causa de la pandemia originada por la enfermedad del Covid-19, obligando a los gobiernos del mundo a disponer medidas drásticas como el confinamiento obligatorio, con el afán de prevenir los contagios masivos, e implementando la modalidad de educación a distancia, remota o virtual en sus distintos niveles: Básica Regular, Técnica y Superior. En el año 2022 las medidas sanitarias se flexibiizaron, permitiéndose el retorno sistemático y flexible de la educación presencial en las instituciones educativas de educación básica regular, debiéndose cumplir con una serie de protocolos; sin embargo, en las universidades este retorno integral a las clases presenciales se dispuso para el año 2023. En este escenario complejo, por el cual atravesó la educación peruana, desde la academia emergieron una serie de preocupaciones las cuales requerían ser investigadas y expuestas. En primer lugar, se analizó la relevancia de la educación holística para afrontar entornos BANI en un contexto pospandémico organizacional. Estas iniciativas favorecen el desarrollo formativo integral de los estudiantes afianzándolos para que puedan desenvolverse en escenarios simultaneamente frágiles, ansiosos, no lineales e incomprensibles, como el que acontece en la actualidad. La educación holística contribuye a consolidar la integralidad del conocimiento, las habilidades y las actitudes, permitiendo alcanzar aprendizajes relevantes para afrontar diferentes contextos situacionales.