Presentamos el caso de un varó n de 71 añ os que manifestaba uretrorragia de diez días de evolució n y aparició n de una lesió n pigmentada a travé s del meato urinario, sin otra clínica asociada. La exploració n física, incluyendo la palpació n de cadenas linfá ticas inguinales, así como el hemograma y la bioquímica sanguínea, incluyendo marcadores tumorales, eran rigurosamente normales. La cistoscopia reveló la presencia de una lesió n nodular, friable y grisá cea, de unos 17 Â 7 mm, en la fosa navicularis, que fue biopsiada. La anatomía patoló gica demostró una proliferació n de cé lulas poligonales, con nú cleos esfé ricos e hipercromá ticos, que se teñ ían positivamente para HMB45, melanina A, vimentina y S100, siendo negativa para queratina. Todo ello fue compatible con el diagnó stico de melanoma primario de la uretra. Una TAC toracoabdominopé lvica descartó afectació n metastá sica ganglionar o visceral. En ese punto, se realizó amputació n parcial del pene, cuyos má rgenes quirú rgicos fueron negativos. Se realizó té cnica del ganglio centinela inguinal bilateral, resultando negativo, por lo que no se realizó linfadenectomía. Los resultados de la biopsia de uretra fueron confirmados en la pieza quirú rgica.Durante el seguimiento de este paciente, se realizó una PET/ TAC a los seis meses y al añ o de la cirugía, que fueron normales. Seis meses después, el paciente presentó dolor y distensió n abdominal de dos semanas de evolució n, con signos de ascitis en la exploració n, lo que llevó a la realizació n de una TAC toracoabdominal, que confirmó la presencia de líquido ascítico, así como engrosamiento del peritoneo, mesenterio, un conglomerado adenopá tico retroperitoneal, metá stasis hepá ticas bilobares de hasta 6 cm, nó dulos pulmonares mú ltiples y derrame pleural bilateral ( fig. 1). En la analítica de sangre destacaba una LDH de 833 UI/l. Se realizó una paracentesis, con obtenció n de líquido serohemá tico. Con el diagnó stico de recurrencia metastá sica de melanoma, se inició tratamiento con quimioterapia paliativa con dacarbazina intravenosa, a dosis de 250 mg/m 2 durante cinco días. Tres semanas despué s, el paciente presentó ascitis hemorrágica y fallo multiorgá nico, añ adiéndose pancitopenia secundaria al tratamiento con quimioterapia paliativa con dacarbazina intravenosa, lo que ocasionó la muerte del paciente pocos días despué s, a pesar del tratamiento farmacoló gico y de soporte.Con respecto al melanoma de uretra, cabe destacar que es una variante muy infrecuente de melanoma, má s aun en el varó n, que conlleva un pronó stico infausto dada la naturaleza agresiva de la enfermedad y por su diagnó stico generalmente en estadios avanzados. Dada la dificultad de acceso de estas lesiones, los procesos de prevenció n secundaria de este tumor no son rentables. Aproximadamente un tercio de los pacientes tiene afectació n linfá tica al diagnó stico, con una supervivencia global a los cinco añ os inferior al 30% 1,2 . La clasificació n de Breslow en estos melanomas es insuficiente, dada la mayor agres...