“…Esta situación ya había sido advertida por Jelin (2013) ySacavino (2015), quienes habían señalado que, independientemente del nivel de reparación social y de consciencia sobre la memoria que haya en cada realidad, sigue imperando una imagen de la memoria estática en el tiempo (cristalizado en el pasado), que excluye otras memorias posibles, diferentes de las hegemónicas.En la línea deStella (2019), en nuestro estudio se observa que los hechos históricos de conflicto más estandarizados en las narrativas escolares, como por ejemplo las guerras, generan menos dudas de la pertinencia dentro el concepto de memoria que otras, como los procesos transicionales o los procesos democráticos. Este hecho, alineado con el enfoque de los materiales escolares(Díez Gutiérrez, 2020;Sáez-Rosenkranz et al, 2021) por un lado sugiere la relevancia que tienen los recursos empleados en el proceso enseñanza-aprendizaje(Díez Gutiérrez et al, 2011) y, por otro lado, muestran la influencia que tienen las narrativas oficiales en los relatos de memoria(Montero, 2017). Sin embargo, se observa, también, que en Andorra las conceptualizaciones de memoria son más amplias que en Cataluña, probablemente por las características propias del desarrollo histórico del principado, aun cuando grosso modo las tendencias en la conceptualización, son homólogas a la realidad catalana.…”