“…Desde fines del siglo XX y principios del siglo XXI, estas tendencias se fueron consolidando. Los elevados precios del mercado inmobiliario santafesino (Tonini, 2011), las restricciones que encuentra su expansión urbana por los cursos fluviales que la circundan (ríos Paraná hacia el este y Salado hacia el oeste, los que convergen hacia el sur) y las preferencias por residir en espacios más naturales y/o seguros contribuyeron a remarcar el carácter de ciudad dormitorio de localidades lindantes, como Recreo, Ángel Gallardo, Santo Tomé, Sauce Viejo, San José del Rincón y Arroyo Leyes, en las que se profundizó la urbanización de suelo destinado a uso residencial y se agudizaron los desplazamientos pendulares de población y los desequilibrios ligados al explosivo crecimiento de sus plantas urbanas (incluso en zonas de riesgo hídrico, expuestas a inundaciones recurrentes), con el concomitante estrés que ello impuso a la prestación de servicios públicos (nArDelli & szuPiAny, 2017).…”