Durante el primer milenio a. C. aparecen en pocas cantidades botellas finamente decoradas de estilo Cupisnique Rojo Grafitado en varios sitios del Perú norcentral. El análisis petrográfico y con microscopia digital en luz reflexiva de la pasta, estudios químicos de los pigmentos y estudios estilísticos sugieren que su producción fue hecha por alfareros especializados que compartían recetas de pasta y tecnología de manufactura, pero no recursos, y que trabajaban en distintos talleres. La composición mineral y la granulometría son similares, apuntando al uso de un temperante de roca intrusiva molida o de sedimentos ricos en fragmentos de rocas intrusivas y una mineralogía derivada de cuerpos del Batolito de la costa. Por sus diseños en negro brillante pintados sobre un engobe rojo muy pulido se le dio el nombre de Rojo Grafitado, pero estudios recientes demuestran que no todo lo negro es grafito. Un análisis con microscopio electrónico de barrido (MEB-EDS) muestra que en un caso el manganeso fue utilizado como pigmento, mientras que, en otros siete casos, fueron detectados picos altos de carbono, escaso hierro y no se ve manganeso. Esto sugiere que la superficie fue carbonizada en condiciones reductoras de quema. En Kuntur Wasi, el estilo Cupisnique Grafitado fue también imitado en otras formas y variantes estilísticos.