Se analiza la competencia por el control del sentido del comportamiento electoral en junio de 2021 en la ciudad de México. A través de la sociología cultural se explora, en las columnas políticas de cinco periódicos, cómo dicha competencia expresa las estructuras culturales profundas que califican o descalifican como civilmente puro o impuro al electorado en función de su comportamiento en las urnas. Se muestra cómo el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó como civilmente puro a sus electores del oriente de la ciudad porque su pobreza y compromiso político los inmunizó del bombardeo mediático contra su gobierno; mientras los electores de la zona poniente fueron considerados impuros porque fueron manipulados por medios de comunicación conservadores. Los críticos a López Obrador acusaron que el voto opositor fue la expresión de un electorado autónomo cansado del discurso polarizador del presidente. No se explora la competencia en la radio, televisión y redes sociales. El trabajo es relevante porque analiza cómo se construyeron dos horizontes narrativos del sentido del comportamiento electoral: uno de carácter horizontal, que opuso al oriente vis-à-vis al poniente de la ciudad o clases populares vis-à-vis clases medias, y otro horizonte narrativo vertical, que opuso clases medias vis-à-vis el presidente.