Microdebitage analysis: Initial considerations

An ethnoarchaeological study of chemical residues in the floors and soils of Q'eqchi' Maya houses at Las Pozas, Guatemala

“…For the study of past behavior in situations where artifactual data is poor, archaeologists have developed innovative methods. One of them is the analysis of microscopic remains, such as micro debitage of lithics and small botanical samples that are affected by abandonment processes in lesser degrees than ordinary artifacts (Fladmark, 1982;McGovern et al, 1983;Rosen, 1986Rosen, , 1989Manzanilla, 1987;Manzanilla and Barba, 1990;Metcalfe and Heath, 1990;Simms and Heath, 1990;Middleton, 1998). Nevertheless, in the Maya area where many buildings have well swept, smooth stucco floors and the preservation of organic materials is poor, the recovery of microscopic remains may not always be easy.…”

The good earthworm: How natural processes preserve upland Archaic archaeological sites of western Illinois, U.S.A.

“…Artifacts include chert debris from various stages of flintknapping and other nonchert fragments that represent mostly the breakup of rocks used for cooking and heating. Experimental lithic technological studies have shown that stone tool manufacturing produces a large quantity of debris and that the counting frequencies of size-graded debris increase exponentially as flake size decreases (Ahler, 1972(Ahler, , 1986(Ahler, , 1989a(Ahler, , 1989bHenry et al, 1976;Patterson and Sollberger, 1978;Kalin, 1981;Fladmark, 1982;Patterson, 1982Patterson, , 1990Stahle and Dunn, 1984). Newcomer (1971), for instance, reported that the byproducts of experimen-tal manufacture of a single handaxe weighing 230 g from a 2.9 kg flint cobble consisted of 4618 flakes Ͼ1 mm and 8.4 g of "dust" (Ͻ1 mm); the resulting debris scatter covered an area approximately 1.5 m in diameter.…”

Estudios tafonómicos del nivel Auriñaciense Arcaico de la cueva de El Castillo (Pueste Visgo, Cantabria) : los microdesechos líticos

“…Los análisis de microdesechos líticos cuentan con muy pocos antecedentes, siendo esta línea de investigación escasamente abordada en España y de reciente desarrollo en el resto del mundo (ver Baumier y Downum, 1989;Fladmark, 1982;Hull, 1987;Maíllo Fernández, 1998;Patterson y Sollberger, 1978;Peretti, 1997;Shott, 1994 entre otros). No obstante, los estudios referidos al registro arqueológico de características microscópicas se vienen desarrollando desde la década de los setenta.…”

“…Los estudios realizados desde esta perspectiva han sido desarrollados por varios investigadores lo que permitió crear distintas vías de análisis entre las que se pueden destacar: identificación de patrones de organización espacial de comportamiento dentro de las estructuras de un sitio, reconstrucción de áreas de actividad e interpretación funcional de sitios, inferencias acerca del carácter y la magnitud de las alteraciones postocupacionales, determinación de técnicas de talla lítica, diferenciación de desechos primarios y secundarios, descubrimiento y detección de sitios en condiciones de baja visibilidad y reconstrucción de los ambientes deposicionales de sitios (Clark, 1986;Dunnell y Stein, 1989;Fladmark, 1982;Hassan, 1978;Hull, 1987;Madsen, 1992;McKellar, 1983;Nielsen, 1994;Nicholson, 1983;Patterson y Sollberger, 1978;Sullivan y Rozen, 1985;Schiffer, 1972). Un gran número de investigadores comparten el criterio de importancia del estudio de los desechos de talla y enfatizan que estos son un punto importante en la investigación concerniente al Sistema de Producción Lítico y que poseen propiedades particulares generadoras de valiosa información tecnológica (Ericson, 1984;Shott, 1994;Sullivan y Rozen, 1985).…”

“…En consecuencia, el examen de los microdesechos líticos con una dimensión máxima de 1 cm^ puede ser particularmente informativo. Estos desechos que fueron originados durante las etapas de la secuencia de producción lítica son retenidos en las matrices de los sitios arqueológicos y pueden ser analizados desde aspectos funcionales o los producidos por agentes naturales (Clark, 1986;Cowan, 1999;Dunnell y Stein, 1989;Fladmark, 1982;Gallagher, 1977;Hull, 1987;Patterson y Sollberger, 1978;Peretti, 1997).…”