“…Esta creciente preocupación por la dimensión política de los imaginarios, asentada en una ontología de la indeterminación, ha tenido un eco significativo en la reflexión estética y las prácticas artísticas (De Geest, Hornbostel, y Rau, 2020;Barbéris, 2019;Tindemans, 2015;Frank, 2021;Palacios, 2022). En este itinerario la literatura se ha mostrado cada vez más interesada en temas como el papel memoria artística en los procesos de reparación de la violencia política y las injusticias históricas (Asavei, 2019), la intersección contemporánea entre arte y derecho (Feldman, 2018), la investigación histórica de los imaginarios estético-políticos (Bloechl, 2017), o el desarrollo de iniciativas teatrales que buscan disputar las narrativas establecidas y fomentar nuevas estéticas sobre la migración (Musca, 2023;Geenen, Titeca, Musamba, y Vogel, 2018). Un elemento característico presente en estas investigaciones es la idea de que los juicios y evaluaciones estéticas no solo reflejan determinadas formas poder y dominación, sino también constituyen intentos de resistir y re-crear tales formas bajo estándares normativos alternativos.…”