“…En primer lugar, las personas inmigrantes tienden a ocupar puestos con bajas condiciones laborales, rechazados por autóctonos, de una gran precariedad y con bajos salarios (Moreno-Jiménez, Ríos-Rodríguez, Canto-Ortiz, San Martín-García y Perles-Nova, 2010; Pajares, 2009;2010;Porthé, Amable y Benach, 2007;Solé, 2001), aunque tienden a mejorar con el tiempo (Martínez, 1996;Patiño y Kirchner, 2009). En segundo lugar, los inmigrantes tienden a desempeñar funciones por debajo de su cualificación, lo que podría llegar a suponer una ruptura del contrato psicológico (Morgan y Finniear, 2009), entendido como las creencias o acuerdo percibido que marcan la relación laboral entre trabajador y organización (Topa y Morales, 2005). Por último, debido al idioma o las pautas culturales diferentes puede producirse una falta de adaptación al puesto de trabajo, aumentando el estrés aculturativo.…”