El conocimiento del destino ambiental y de transporte de los plaguicidas es una parte integral en la caracterización de exposiciones ambientales. Agencias como la Environmental Protection Agency (EPA) (27) integran la caracterización de una exposición con efectos ecológicos para determinar los riesgos del uso de pesticidas. Los tres herbicidas más utilizados en Colombia son el glifosato, el propanil y el glufosinato de amonio. Aunque el glifosato se había considerado desde principios de la década de 1970 como un herbicida no perjudicial con el medio ambiente, se ha evidenciado con estudios que comenzaron en la década de 1990 que aplicaciones inadvertidas en humedales pueden ser fatales para las larvas de anfibios. Aunque las formulaciones de glifosato se consideran típicamente de toxicidad moderada (CL50 = 1-10 ppm) para la mayoría de organismos acuáticos, para numerosas especies de anfibios son altamente tóxicas (CL50 ˂ 1 ppm). Esta preocupación se ve agravada por el hecho de que Colombia tiene una diversidad increíblemente alta de anfibios (791 especies). Además, las exposiciones crónicas de algunas especies de anfibios a concentraciones subletales, que son más probables en el medio ambiente, han demostrado causar una disminución de la supervivencia, intersexualidad de las gonadas, daños en las colas, prolongaciones del tiempo para realizar la metamorfosis, y lipidosis hepática. En Colombia, las aplicaciones aéreas de Glyphos-Cosmo-Flux se han utilizado desde 1997 para fumigar los cultivos ilícitos de coca. A partir de 2019, la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) tenía 285 especies de anfibios en Colombia consideradas amenazadas. Encontramos que 132 de las especies de anfibios en peligro (EN) y críticamente amenazadas (CR) estaban presentes en 11 de los 32 departamentos colombianos donde existen más plantaciones ilegales de coca. Por lo tanto, son necesarios estudios para evaluar el impacto del programa de erradicación de coca en la población de anfibios del país. El propanil es el principal herbicida utilizado en los arrozales. A pesar de su rápida degradación ambiental (1 día en condiciones aeróbicas), los estudios sobre el impacto del propanil han encontrado que a las tasas de aplicación proyectadas (4,5 kg/ha), reduce el oxígeno disuelto a niveles críticamente importantes para la supervivencia de los peces en las siguientes 48 horas posteriores a la aplicación. Este efecto se correlaciona con una menor producción de fitoplancton en lugar de una mayor respiración comunitaria a concentraciones muy bajas de 50 ppb o menores de propanil. A pesar de ser leve a moderadamente tóxico en exposiciones agudas, los datos de exposición crónica también muestran que concentraciones de más de 9 ppb afectan el crecimiento, la reproducción y el desarrollo de peces e invertebrados. Con respecto al glufosinato de amonio, aunque es muy probable que contamine las aguas superficiales (por escorrentía) y subterráneas debido a sus propiedades fisicoquímicas, los datos sugieren que es prácticamente no tóxico para las especies acuáticas y terrestres. Los cocientes de riesgo agudo están muy por debajo del nivel de preocupación y, por lo tanto, la EPA determinó que el riesgo agudo para los organismos terrestres y acuáticos no diana es muy bajo.