“…En la década del ´20 surge la concepción neurológica del trastorno, de la que se desprende el concepto de Strauss de lesión cerebral mínima, de origen presuntamente infeccioso (Lange, Reichl, Lange, Tucha & Tuch, 2010). La imposibilidad de detectarlo y las críticas a esta concepción llevaron a que en 1962 el cuadro se denominara disfunción cerebral mínima (Strother, 1973, Barkley, 2006a. En 1971 Wender integra la hiperactividad, el trastorno de atención y percepción, las dificultades de aprendizaje, y la impulsividad y trastornos afectivos (Lakoff, 2000).…”