En la naturaleza encontramos animales que han desarrollado la capacidad de producir sustancias tóxicas para inmovilizar a sus presas o para defenderse de los depredadores. Estas sustancias, conocidas como “venenos”, también representan un riesgo para los mamíferos, incluyendo al humano, ya que contienen toxinas y enzimas que afectan el funcionamiento normal del sistema respiratorio, inmune, cardiovascular y nervioso. No obstante, gracias a los avances científicos el concepto de los venenos ha cambiado de ser sustancias peligrosas a ser tesoros naturales para la medicina. Hasta ahora se ha descubierto que las toxinas y otros componentes poseen propiedades antimicrobianas, antitumorales, hipoglucemiantes, hipotensoras, analgésicas, anticoagulantes, y otras más, que han permitido el desarrollo de medicamentos e impulsado la aplicación innovadora de los componentes del veneno en el diagnóstico clínico y la cosmética. Se espera que en el futuro se desarrollen más medicamentos, y surjan nuevas aplicaciones para los componentes del veneno de animales. Al respecto, la diversidad de animales venenosos que existe en nuestro país podría ser clave para descubrir nuevos compuestos bioactivos.