“…Como en todo escenario deportivo, y más aún en un contexto mundial como el actual en el que la competitividad prevalece sobre la ética y el espíritu deportivo (Sandel, 2012;Vilches, 2016), en las competencias de fútbol se generan situaciones que ponen a prueba la honestidad de los jugadores, retan sus juicios sobre lo justo y lo injusto de sus acciones, y los obligan a reflexionar sobre el sentido del deporte y el significado de sus reglas. Es decir, el fútbol involucra diversas situaciones que demandan que jugadores y entrenadores razonen moralmente (Bergmann, 1999;Fruchart & Rulence-Pâques, 2016;Long, Pantaléon, Bruant, & D'Arripe-Longueville, 2006;Peláez, Aulls, & Bacon, 2016;Salinas & Frisancho, 2017).…”