More Mind Games: How ‘The Action’ and ‘The Odds’ have Changed in Prison

Abstract

Surviving prison has always involved ‘action’ and game playing. Higher stakes—‘life-trashing sentences’, the fear and risk of radicalization, increased incidences of homicide and labyrinth routes out—have compounded the experience of struggle: to be heard, for dignity, against exposure to violent injustice, and for release; the wrestling of ‘the self’ against a bleak and unyielding bureaucracy. In this article, we revisit McDermott and King’s Mind Games: Where the Action is in Prison showing how long-term prisoners are exposed to unregulated, unfathomable forms of power and action, and how long-term imprisonment feels increasingly like being ‘abandoned by humanity.’

Implicancias de la violencia para la gobernanza carcelaria: Estudio de caso en el Centro de Cumplimiento Penitenciario Colina II

“…Dentro de los elementos más recurrentes que emergen de las entrevistas y grupos focales con internos y funcionarios del centro penitenciario, destaca la constante exposición a situaciones de violencia. Los relatos problematizan la interacción de los funcionarios con los privados de libertad y la gobernanza de los espacios carcelarios como elementos centrales en la manifestación de la violencia, en línea con investigaciones previas (Crewe, 2011;Gariglio, 2018;Liebling et al, 2020). A continuación, se detallan las categorías clave de la codificación selectiva clasificadas en cuatro conceptos:…”

“…La esencia de la función penitenciaria debe centrarse en los funcionarios, analizando detenidamente su desempeño diario (Gariglio, 2018). Si los funcionarios no se comprometen con los internos y no conocen sus historias, es poco probable que estos cambien y se verán obligados a actuar según las expectativas predeterminadas (Crewe, 2011;Liebling et al, 2020). Los funcionarios tienen la responsabilidad de proteger a las personas privadas de libertad de cualquier daño.…”

Top Bunk, Bottom Bunk: Cellsharing In Prisons

“…Yet, as we also illustrate, prisoners seek to alleviate these experiences, recoup their dignity, and sometimes grant it to others. In doing so, either individually or collectively, the 'games' they play are not just -as in McDermott and King (1988; see also Liebling et al 2020) -between themselves and staff, but with each other.…”