Introducción: el tabaco es un enorme problema de salud pública. Los preadolescentes son población diana ideal para las campañas antitabaco. Objetivos: analizar prevalencia, actitudes y creencias de alumnos de 1º de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) sobre el hábito tabáquico. Sensibilizar a la población preadolescente contra el hábito tabáquico. Presentar al farmacéutico comunitario a los centros educativos como profesional sanitario implicado en la prevención tabáquica. Material y métodos: estudio descriptivo observacional durante 4 meses de la campaña Lo mejor es no empezar a fumar (www.lomejoresnoempezarafumar.com), en la que participaron 1.298 alumnos, de 20 localidades extremeñas. Los datos fueron recogidos en las aulas, con encuesta online, anónima, estandarizada y autoadministrada, creada con Google Drive. Resultados: muestra con el 51,3 % chicos y 48,7 % chicas. El 10,2 % de ellos de zonas rurales. Un 96,2 % considera que fumar es perjudicial para la salud. Un 86,7 % es consciente de que es una droga. El 12,5 % lo ha probado y un 3,4 % admite fumar. El 64,3 % cree que el cigarro electrónico es mejor que el cigarro tradicional. La razón que más motivaría, a los fumadores, a dejarlo es su salud (40,4 %). Si necesitaran ayuda para dejar de fumar, la mayoría se dirigiría a un psicólogo (38,5 %) y sólo un 5,1 % acudiría a un farmacéutico. Conclusiones: la muestra obtenida es de una generación asentada en principios básicos de salud y casi la totalidad considera perjudicial fumar. Sin embargo, 1 de cada 8 admite haber probado un cigarro. Por ello consideramos que la prevención podría ser útil y necesaria. Aunque se estima la edad media de inicio al consumo de tabaco a los 14 años, sería conveniente desarrollar campañas preventivas a edades más tempranas. A los farmacéuticos aún nos queda mucho trabajo por hacer para ser percibidos como profesionales sanitarios de primera línea en la lucha contra el tabaco.