“…Asimismo, situaciones de precariedad (p. ej., pertenecer a una clase social más desfavorecida o disponer de una escasa red de apoyo social), tener riesgo de desarrollar problemas de salud mental o un diagnóstico de depresión y presentar limitaciones de la actividad diaria o una discapacidad incrementaron el riesgo de sentirse solo o sola (Rodríguez-Pérez et al, 2020). De manera más reciente, con la Encuesta de Salud de la Ciudad de Madrid 2021 (ESCM'21), y en consonancia con lo aportado por Berlingieri et al (2023) y Casal et al (2023, se encuentra que el 13,8% de la población informó de haberse sentido sola con frecuencia, siendo las personas jóvenes de 15 a 29 años el grupo con prevalencias más elevadas (19,4%).…”