En las últimas décadas, se ha destacado la emergencia de distintos conflictos contra los procesos de urbanización neoliberal, entre ellos, los conflictos asociados a la defensa del patrimonio. Dentro de esta literatura, se señala cómo, a partir de la defensa del barrio, las comunidades generan una forma de participación democrática que se opone a la lógica mercantil que orienta la evolución de nuestras ciudades. En este artículo, se tensionará este argumento a partir del análisis del proceso de patrimonialización del barrio Victoria en Santiago de Chile, barrio histórico que articula una identidad residencial con otra comercial, ligada al cuero y el calzado. A partir de relatos de vida, realizados a residentes antiguos y locatarios del barrio, se mostrará cómo detrás de la defensa de los barrios se articulan expectativas heterogéneas respecto a cómo debería ser la ciudad (quién y cómo habitarla), permitiendo, en algunos casos, excluir a algunos actores de la definición de comunidad y, en otros, ampliar la escala del conflicto. De este modo, se pretende contribuir a aquellos estudios que evalúan el potencial democrático de los conflictos ligados a la defensa del patrimonio.