“…Por ejemplo, por mencionar algunos, para descubrir las estructuras de conocimiento de una revista en específico (Su & Lee, 2010), para analizar la literatura alrededor de un tema en concreto, e.g. la agricultura urbana (Núñez-Ríos, Aguilar-Gallegos, Sánchez-García, & Cardoso-Castro, 2020), para detectar colegios invisibles (Romero Goyeneche, Velez Cuartas, Ramírez, Robledo Velásquez, & Balanzó, 2018) y, obviamente, para su aplicación en los tradicionales estudios de producción y colaboración científica (e.g., Pertuz, Pérez, Vega, & Aguilar-Ávila, 2020;Rodríguez, Ramírez-Gómez, Aguilar-Gallegos, & Aguilar-Ávila, 2016;Ruiz León, 2018;Russell, Madera Jaramillo, & Ainsworth, 2009). Dentro de estos últimos estudios está uno de los referentes más importantes que analizó redes de coautoría de científicos a nivel global, así como su evolución (Barabási et al, 2002).…”