“…A lo largo del tiempo, avanzó poco el conocimiento de la mayoría de las especies de rálidos en América del Sur, debido a su comportamiento sigiloso, su pequeño tamaño corporal, el hábitat denso y de difícil acceso donde ocurren (pantanos, pajonales inundados, pastizales húmedos, juncales y humedales vegetados; Taylor & Van Perlo 1998). El escaso conocimiento sobre la distribución de muchos rálidos se obtuvo, en muchos casos, en base a registros ocasionales de ejemplares que aparecieron en áreas urbanas, carreteras, que colisionaron con ventanas, torres de iluminación, puentes altos, antenas prominentes, cayeron en trampas para pequeños mamíferos, canales de desagüe junto a pistas de aeropuertos o parques eólicos (De la Peña 2002;Pautasso 2002;Bodrati 2005;Vasconcelos et al 2008;Chatellenaz & Zaninovich 2009;Antunes Dias et al 2016;Bertin et al 2017;Gallardo & Carrillo-Chica 2020;Fariña et al 2021;Silva et al 2021;Castelli & Elgue 2022), o incluso en embarcaciones en el mar (Gould 1841;Sharpe 1894;Antunes Dias et al 2016). Frecuentemente estos episodios suceden después de fuertes tormentas (quedando muchas veces heridos, debilitados o muertos).…”